martes, 10 de febrero de 2015

Hay que ahorrar agua

El agua es la fuente de la vida y en este planeta una minúscula cantidad, menos del 1% del agua, está disponible para cerca de 7.000 millones de personas y una multitud de ecosistemas de agua dulce. Esa minúscula cantidad es la que tenemos que utilizar para cubrir todas nuestras necesidades, riego, industria, agua potable y servicios sanitarios y las necesidades de miles, sino millones, de otras especies con las que compartimos el planeta.


 El estilo de vida medio americano exige unos 6.800 litros diarios y el 70% de esa cantidad está destinado a sustentar nuestra alimentación. Si cada uno de nosotros aprendiera a conservar solo un poco más de agua, podríamos conseguir grandes ahorros.
  • Elige un jardín exterior apropiado a tu clima. Las plantas y el césped autóctono que prosperan únicamente gracias al agua de lluvia son los mejores.
  • Instale alcachofas de ducha de bajo caudal y aireadores para los grifos. Al ahorrar agua caliente, también reducirá su factura eléctrica.
  • Si está buscando un inodoro, compre uno de bajo volumen, ultra bajo volumen o con doble cisterna.
  • Arregle los grifos que goteen. Todas esas gotas desperdiciadas pueden llegar a alcanzar los 37-95 litros de agua al día.
  • Solo ponga en funcionamiento el lavavajillas y la lavadora cuando estén llenos. Cuando sea la hora de sustituirlos, compre un modelo que sea eficiente en cuanto al consumo de agua y energía. Recuerde que ahorrando agua, ahorra energía y ahorrando energía, ahorra agua.
  • Coma un poco menos de carne, especialmente ternera. La fabricación de una hamburguesa normal puede requerir unos 2.300 litros.
  • Compre menos cosas. La fabricación de todas las cosas gasta agua. Así que si compramos menos, reducimos nuestro consumo de agua.
  • Recicle el plástico, el vidrio, los metales y el papel. Compre productos reutilizables en lugar de productos de usar y tirar, ya que la fabricación de casi todo requiere agua.
  • Cierre el grifo mientras se cepilla los dientes y lava los platos. Recorte en un minuto o dos el tiempo que dedica a la ducha. Incluso las cosas más pequeñas pueden marcar la diferencia si las hacen millones de personas.
  • Entérese del origen del agua que bebe, el río, el lago o el acuífero que suministre a su hogar. Una vez que lo conozca, se preocupará por él. No querrá malgastar el agua.

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